MADRID.- En España rebautizaron a “Metegol”. Allá el filme se llama “Futbolín”, que es a fin de cuentas como denominan el tradicional juego en la península. La producción animada argentina se alzó con el premio en el rubro Mejor Película Animada durante la entrega del Goya, máximo galardón de la cinematografía española. La gala se desarrolló en en el Centro de Congresos “Príncipe Felipe” y estuvo marcada por las críticas contra el gobierno conservador de Mariano Rajoy. La industria del cine denostó la política cultura del Partido Popular.
“Metegol” competía con “El extraordinario viaje de Lucius Dumb”, “Hiroku. Defensores de Gaia” y “Justin y la espada del valor”. La película de Juan José Campanella era favorita y lo ratificó.
Distinto fue el resultado para “Wakolda”. El filme de Lucía Puenzo estaba postulado en la categoría Mejor Película Iberoamericana, rubro en el que se impuso la venezolana “Azul y no tan rosa”, ópera prima del actor de telenovelas Miguel Ferrari. Por primera vez una producción venezolana conquistó un Goya, en este caso gracias a una historia que aborda abiertamente la homosexualidad y la transexualidad.
Protagonistas
El Goya a la Mejor Película fue para “Vivir es fácil con los ojos cerrados”, producción por la que también fueron galardonados David Trueba (Mejor Director y Mejor Guión Original) y Javier Cámara (Mejor Actor Protagónico). Trueba tomó un caso real -la visita de John Lennon a España para rodar una película- y edificó la historia a partir de allí. Cámara interpreta a un profesor de inglés que es fan de Los Beatles y emprende el viaje desde su Albacete natal para conocer al ídolo.
Mejor Actriz Protagónica fue Marian Álvarez, por “La herida”, mientras que los premios a los Actores de Reparto quedaron en manos de Terele Pávez (“Las brujas”) y Roberto Alamo (“La gran familia española”).
“Las brujas”, la desopilante película de Alex de la Iglesia, conquistó un total de ocho galardones, la mayoría correspondientes a los rubros técnicos. El estadounidense Pat Metheny fue premiado por la música de “Vivir es fácil con los ojos cerrados”.
Muy enojados
“Créanme que hoy en día hacer una película es casi un acto heroico”, enfatizó durante su discurso Enrique González Macho, presidente de la Academia. En el auditorio brillaba por su ausencia el ministro de Cultura español, José Ignacio Wert. “Si el ministro de Defensa no fuera al desfile de las Fuerzas Armadas le despedirían”, sentenció Mariano Barroso.
González Macho habló de los problemas que enfrenta la cinematografía en su país. “Son los mismos que arrastra desde hace ya demasiado tiempo y que en las anteriores ediciones de los Goya se predijeron de forma contundente”, sostuvo. Enumeró entre esos obstáculos a la piratería, al cierre de 400 salas, a la crisis de las industrias auxiliares y a que en el sector se perdieron miles de puestos de trabajo.
El presentador de la gala, Manel Fuentes, resaltó que fueron los primeros Goya sin la asistencia del ministro de Cultura español. Lo propio hizo Javier Bardem cuando subrayó: “nuestra industria, nuestro cine, hecho con muchísimo cariño, con esfuerzo, con disciplina y con muchísimo talento, está muy por encima de nuestro ministro de anticultura”.
En tanto, un grupo de unas 200 personas protestó frente a la alfombra roja. Trabajadores afectados por despidos y ciudadanos que están a punto de perder sus casas agitaban pancartas mientras las estrellas iban llegando.